Maite Padilla.

Pizarra negra con las manchas borrosas y abstractas que surgen al haber borrado la tiza

Mi Salud Mental.

El Vacío.

Pizarra negra con las manchas borrosas y abstractas que surgen al haber borrado la tiza
El Vacío. Mi Salud Mental

Una mañana, te despiertas y piensas, “cinco minutitos más”. Piensas que todo está bien, que simplemente es un día más. Y no, no lo es, sin ser consciente te encuentras al borde del vacío, tu salud mental te juega una mala pasada.

Pero ya no vuelves a dormirte, simplemente estás, acostado, con la mirada fija en ninguna parte, y aunque parezca imposible, con la mente en blanco. Sí, es cierto, no piensas en nada, tu mente está vacía.

Es como si de repente, toda tu vida, tus problemas, tus planes, tus pensamientos, hubieran desaparecido y, oh, sorpresa, estás vacío.

Pasa el tiempo, quien sabe si esos cinco minutitos, o tres o cuarenta y dos, y tu sigues, inerte, mirando sin ver.

Llega un momento en el que piensas, “venga, me levanto”, pero no ocurre nada, tu cuerpo no responde; no sé muy bien cómo explicarlo. En mi caso, envío las órdenes, mi cerebro “piensa”, pero mi cuerpo, mi sistema nervioso no tiene la más mínima intención de responder.

Y sigo tumbada, mi mirada cambia de objetivo para perderse de nuevo; quizás penséis que estoy loca, pero siento como mis ojos se han perdido en un punto fijo, noto como mi cristalino, hace un esfuerzo constante por enfocar en el vacío que se ha instalado en mi habitación.

Sin saber cuánto tiempo ha pasado, consigo levantarme, voy al baño y me miro en el espejo.

No encuentro respuestas, se me agolpan las preguntas, pero no encuentro las respuestas.

¿Qué me sucede?

¿De quién es esa mirada vacía que me devuelve el espejo?

No lo sé, y ante esta incertidumbre, mi cuerpo sólo quiere volver a la cama.

Puede ocurrir que caiga en la cama de cualquier manera, en una postura, que, aunque pueda parecer normal, sé que, a mí, me va a producir dolor. Y es que, no me tumbo, no soy consciente, simplemente, caigo, me derrumbo, ya que mi cerebro ha decidido de nuevo dejar de responder a mis órdenes.

De esta manera, puedo estar en una postura incomodísima e incluso dolorosa, sin poder moverme.

Ya soy presa del vacío.

Ya soy presa de mi deteriorada salud mental.

Del vacío que, desde diciembre de 1998, me persigue y, en el que he caído demasiadas veces.

Estoy diagnosticada con Depresión y Trastorno de Ansiedad crónicos.

No es algo que yo pueda controlar, tomo medicación, por supuesto, según la temporada, incrementamos o reducimos la dosis; pero es un tratamiento que me acompañará de por vida.

Si quieres conocerme mejor, sígueme en mis redes sociales Twitter (X) https://x.com/danzando_mp

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