Maite Padilla.

Portada y contraportada del disco Deseo Carnal, de Alaska y Dinarama, 1984

¡Cómo pudiste hacerme esto a mí!

Sí, ya sé que es el título de una canción de Alaska y Dinarama, (Deseo Carnal) 1984, pero es que lo he escuchado tanto en estos últimos meses, que ya me da hasta risa.

Cómo pudiste hacerme esto a mí…

La primera vez que lo escuché fue en el mismo hospital, al día siguiente de haber intentado suicidarme.

En ese momento, fijaros que tontería, me sentí culpable, sí, ¡Culpable!

CULPABLE: cómo pudiste hacerme esto a mí

Portada y contraportada del disco Deseo Carnal, de Alaska y Dinarama, 1984
Contiene el tema Cómo pudiste hacerme esto a mí
Portada y Contraportada del Álbum Deseo Carnal (1984) de Alaska y Dinarama, incluye la canción «Cómo pudiste hacerme esto a mí»

Entiendo la situación, el miedo, el desconocimiento; pero lo que no entenderé nunca es el puñetero egoísmo, cómo pudiste hacerme esto A MÍ.

Nada de pensar en lo que yo estaba sufriendo, en lo que tendría que estar pasando para llegar a tomar esa decisión, no, no; cómo pudiste hacerme esto A MÍ.

Cómo se te ocurre hacerme daño, hacerme sufrir A MÍ.

Me parece de lo más egoísta.

Pero esa era la canción que me tocó escuchar repetidamente durante muchos meses y que aún de vez en cuando suena; eso sí, ahora cada vez que lo escucho, que alguien me lo dice, no siempre puedo reprimir la risa y, contesto, claro que contesto, no me da la gana callarme más.

Yo a ti, no te hice nada, me lo estaba haciendo yo, la que sufría era yo, la que no podía más era yo.

YO.

Una persona no enferma para hacerle daño a otro, nadie quiere estar enfermo.

Fue una decisión mí, la intención era hacerme daño yo, el centro era yo, ¿Te suena egoísta?

Pues imagina cómo de egoísta suena pensar que lo hice para hacerte daño a ti, egoísta y gilipollas, si me permites la expresión.

El mundo va mucho, pero mucho más allá de vuestras narices, hay vida, inteligente además, (me atrevo a decir que incluso, más inteligente que vosotros) al otro lado de vuestra burbuja de cristal, donde todo es brilli, brilli, confeti y purpurina.

Soy yo la que tendría que preguntar, cómo pudisteis hacerme esto a mí.

Incluso añadir aquello de … sé que te arrepentirás…

Soy yo a la que hicisteis la vida imposible, a la que no prestasteis atención, a la que no escuchabais, a la que decíais que era una exagerada, a la que exigíais más y más cada vez.

(Ahora no sé por qué, me viene la canción de Marta Sánchez, Soy yo…)

Soy esa Maite a la que ninguneabais, la que no sabía de nada, esa que perdía el tiempo en las redes sociales y no iba a llegar a nada, esa que no sabía ni criar a su hija, ni mantener un trabajo, la que tenía cuento con eso del dolor, a la que seguís tratando como si tuviera 5 años, porque pobrecita, está mal, es débil.

Egoísmo

Pensar que todo gira a tu alrededor.

Ser egoísta en una situación así, dice mucho de ti, de vosotros, como personas; ante el sufrimiento de una persona, pensáis en vosotros. Lo dicho, gilipollas.

Pero paradójicamente, desde entonces, desde que ocurrió, profesionales sanitarios de todas las categorías, amigos, familia (de la de verdad), y en todo lo que leo sobre el tema, se repite la misma palabra: EGOÍSMO.

La primera vez pensé, (ilusa que es una), cómo voy a ser yo egoísta, si precisamente me quejo de eso, de que los demás lo son.

Obviamente, con el tiempo he aprendido que, en la dirección adecuada, el egoísmo es adecuado, correcto, conveniente.

¡Necesario!

SE EGOÍSTA

Como digo, lo he escuchado y leído cientos de veces, pero evidentemente, no es fácil llevarlo a la práctica.

Y es que ese «Se egoísta» se traduce en:

  • Aléjate de quien no aporta
  • Aparta a quien te hace daño
  • Corta la relación con las personas dañinas
  • Se fuerte
  • Se valiente
  • Se decidida
  • Céntrate en ti
  • No pienses en ellos

Casi na’

Que decirlo, explicarlo es muy sencillo, y yo lo entiendo, lo comprendo, lo acepto, pero actuar ya os digo yo, que no es fácil.

Sinceramente, me resulta traumático, me abruma aún el sentimiento de culpa por querer ser egoísta y, sobre todo, ni sé cómo hacerlo, ni si tengo el valor necesario.

Así no vamos, lo sé, lo sé.

Pero creedme que lo intento, que lo estoy intentando y que, aunque no lo parezca, he avanzado mucho; la lista de bloqueados en mi teléfono y en mis redes sociales, se ha disparado; mi autoestima (a días, cada vez más frecuentes) ha crecido.

Es cierto que esto del egocentrismo, me hace sentir un poco supervillana, un poco malota, sí, os podéis reír, pero me imagino con mi traje de supervillana con capa y lanzando mi superpoder egoísta con las manos, en plan rayos

Cómo pudiste hacerme esto a mí. La supervillana del egoísmo
La Supervillana del Egoísmo…

Pero volvamos al tema.

Se egoísta.

Ayer tenía cita con mi doctora de Atención Primaría, pero ella no estaba y me atendió otro médico al que nunca había visto y cuando me preguntó cómo podía ayudarme, sólo pude responder, «pues no lo sé».

Y era verdad, me vine abajo de repente, me eché a llorar pensando que yo quería, necesitaba hablar con mi doctora, porque sabe mi historia, y me escucha, me comprende, me ayuda; pero no estaba.

No estaba y me encontraba delante de un completo desconocido.

Miedo y ansiedad, evidentemente disparados en el mismo instante en que abrí la puerta y no vi a Cristina.

Dime cómo puedo ayudarte; repitió.

Es que no lo sé, volví a contestar.

Y continué llorando.

Hasta que pude construir una frase y le conté que no me encontraba bien, que estaba muy desanimada, me encontraba muy decaída, con pocas ganas de nada, en fin, que me encontraba, nuevamente, dándole vueltas a la ideación suicida.

Estuvimos hablando, una media hora, sí, en Atención Primaria, y me repitió una y mil veces «SE EGOÍSTA».

Prometo intentarlo, de verdad, conseguirlo, bueno, de hecho ya lo estoy consiguiendo en muchos aspectos, pero aún quedan pendientes algunos importantes; no obstante, sigo, seguiré trabajando y, aunque tenga recaídas, no pasa nada, puedo parar, frenar, caer, y volver a coger fuerza para seguir.

Voy a ser egoísta. Soy Egoísta

Porque me lo merezco.

Porque quiero y me lo debo.

Y al que no le guste, pues lo siento mucho…no, que narices, no lo siento; si no te gusta que sea egoísta, es mejor que no estés a mi lado.

Tal y como he mencionado, ya he tomado varias decisiones, me he puesto yo por delante; la última precisamente, ayer lunes 23 de septiembre.

Y sabéis una cosa, pues que me siento muy orgullosa de mí.

Más adelante, con el tiempo y según me sienta preparada, os iré contando más detalles de estos cambios, pero de momento, deciros que sí, que avanzo.

En la entrada «Que sola es la soledad de dos en compañía» os hablaba de la necesidad de compartir, escuchar, comprender… pero cuando no funciona, se impone el EGOÍSMO y es mejor dejar ir.

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